sexta-feira, 11 de abril de 2008

 

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AMBIENTE: Greenpeace urge aplicación de tratado contra los COP


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por Tito Drago

MADRID, 23 may (IPS) El tratado contra los contaminantes orgánicos persistentes (COP), firmado hoy en Estocolmo, debe ser ratificado e implementado de inmediato pues de lo contrario tendrá escaso efecto, advirtió la organización ambientalista Greenpeace Internacional en la capital española.

Los COP, sustancias muy volátiles liberadas por la actividad industrial, de gran estabilidad química y capacidad para acumularse en el tejido graso de organismos vivos, no se concentran en los lugares donde son liberados al ambiente.

"Estas sustancias pueden desplazarse miles de kilómetros, hasta ecosistemas frágiles como los de alta montaña, los del Artico o los oceánicos, afectando a especies vulnerables", dijo a IPS Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace en España.

La organización Ecologistas en Acción señaló que el daño causado a los seres humanos por los COP, sustancias que no se eliminan con el paso del tiempo, no se manifiestan en la población adulta expuesta a estas sustancias, sino en la siguiente generación.

Los COP absorbidos en el cuerpo de la madre son transferidos a través de la placenta al feto y a través de la leche materna al lactante. Los daños sufridos por el hijo sólo se advierten desde la pubertad.

Ecologistas en Acción urgió a los estados a ratificar el Tratado Global para la Eliminación de los Compuestos Persistentes en el corto plazo para evitar que se reitere la situación de los protocolos sobre contaminación transfronteriza a larga distancia, firmados en 1998 en Aarhus, Dinamarca.

Estos acuerdos, que prevén normas para obstaculizar la contaminación causada por los COP y por metales pesados, fueron firmados por Estados Unidos, Canadá y 34 países europeos, pero no entraron en vigor porque aún no fueron ratificado por el mínimo requerido de 30 por ciento de los firmantes.

Entre los COP más perniciosos y más utilizados en todo el mundo figuran plaguicidas clorados, como el DDT, aceites industriales como los PCB y residuos dioxinados, el grupo de sustancias más tóxicas que se conocen, derivadas de la combustión de compuestos con cloro.

El Tratado Global establece una serie de medidas para la eliminación total de un grupo de COP denominado "la docena sucia" (por "The Dirty Dozen", título original de la película bélica estadounidense conocida en español como "Los doce del patíbulo").

Estas sustancias son el aldrin, el clordano, la dieldrina, la endrina, el heptacloro, el hexaclorobenceno, el mirex, el toxafeno, el PCB, el DDT, las dioxinas y los furanos.

Las medidas aprobadas en el Tratado se orientan tanto a la sustitución de los productos y los procesos que los generan por otros no contaminantes, así como un procedimiento para la identificación de nuevos COP que puedan presentarse.

Una parte significativa de los COP proceden de instalaciones operadas por combustión, como fundiciones, cementeras e incineradoras de residuos en los que se queman aceites, solventes y plásticos que contengan cloro.

Según el último inventario de la Unión Europea, 40 por ciento de las dioxinas se originan por la quema de productos en incineradoras, cementeras y vertederos de basuras a cielo abierto.

Los daños que ocasionan estos contaminantes se prolongan en el tiempo y en el espacio. López de Uralde subrayó que estudios en lugares distantes de los centros urbanos como el Artico vinculan esas sustancias con procesos como la feminización de las gónadas masculinas en machos de ballenas de Groenlandia.

Así mismo, los expertos atribuyen deformaciones de los genitales de osos polares y la elevada mortalidad de sus cachorros al efecto de los COP.

Según Greenpeace, esos estudios responsabilizan a los COP de deterioro de los sistemas inmunológico y reproductor humanos, incluyendo escasa cantidad de esperma en los hombres, así como lesiones y tumores como el cáncer de mama en las mujeres.

La organización ambientalista también destacó que, a pensar de que en algunos países los COP ya están prohibidos, se siguen promoviendo procesos industriales que los generan, como la incineración.

Medio millón de toneladas de esas substancias permanece almacenado en lugares inadecuados, principalmente en el mundo en desarrollo.

Por eso, "es urgente que los gobiernos impulsen los cambios tecnológicos necesarios para proteger el ambiente y a la población mundial de los efectos cancerígenos y tóxicos de los COP", agregó López de Uribe.

Esa acción debe encararse "a través de medidas radicales y de la ratificación del Tratado Global, en el menor tiempo posible".


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